"el deseo despierta el ansia de poseer y ésto despierta el instinto asesino"
KIM Ki-Duk

sábado, agosto 13, 2011

El jinete azulado que me venga a buscar

Con el tiempo he dejado de derribado varios mitos amorosos. Cómo que 'el amor es más fuerte', 'si la relación se termina es porque no había amor', 'los hombres las prefieren rubias', etc.

Pero además de esos mitos hay uno que es la piedra angular del pensamiento femenino y es... (redoble de tambores) el mito del príncipe azul. Fuimos bombardeadas por la idea del caballero apuesto y galán que llegaría a rescatarnos de las situaciones más terribles (ojo! que la llegada es con bombos y platillos en caballo blanco) y nos llevaría a su castillo lleno de lujos para darnos una vida de ensueño, sin necesidades y llena del amor más grande e incondicional existente.
A esto se suma que no tiene problemas, al momento de encontrar a su princesa tiene que dedicarse a ser feliz en su compañia. Tiene dinero, propiedades, belleza, juventud, poder, fama... Cresta, lo tiene todo!!!

A medida que crecí, me di cuenta que las ballerinas ajustadas distaban mucho de ser sexies, que montar no era lo mio (nobles corceles, por supuesto) y que las capas usadas por la realeza se podían enredar fácilmente con toda la gente que camina en el Paseo Ahumada. Que no me gusta la perfección, a veces es agradable decir "uh!! tienes un punto negro", que la fama lo deja sin tiempo, que en realidad sólo Dorian Grey no envejecía y que con poder las cosas se hacen más fáciles, pero menos entretenida. Lo que en realidad provocó una irreparable baja de libido frente a tan codiciado soltero.

Y este desencanto con tan infaltable personaje es generalizado. Todas las mujeres dicen con firmeza y un aire de autonomía que "el príncipe azul no existe", que ellas no lo esperan y de buscarlo... ¡ni hablar!. Mi teoría es que la mujer piensa que demuestra debilidad al asumir sus ideales románticos. Cosa que encuentro absolutamente errada, ya que por algo somos distintos, es cosa de equilibrio (ya habrá un post para eso).

Yo creo que aquel infante existe como concepto y no como estereotipo.

Si bien soy una orgullosa loquilla empedernida, bien deslenguada y para la gente más básica, llego a ser considerada como "más loca que cabra de cerro", asumo que mi infante azulado si existe. La gran diferencia es que como concepto se puede adecuar a cualquiera que se acerque al mismo.

El noble jinete azulado que me venga a buscar, en realidad no vendrá a buscarme. Me lo encontraré así como si nada en algún bar, café, biblioteca, calle, llamada al teléfono equivocado, etc. Si llegase a tener la piel tersa como los de los cuentos, créanme, que no sería porque usa más cremas que yo. No tendrá caballo y probablemente ni siquiera tendrá las lucas para tenerlo. No pretende que yo sea una princesa que habla solamente con palabras aceptadas por la RAE, de hecho putearemos juntos cuando alguien o algo nos moleste de sobremanera. Entenderá que no necesita de las joyas de la corona para cortejarme y hacerme feliz. Su trono será el que está en ese lugar donde "nadie puede ir por uno". Rechazará el uso de imperativos para conmigo y los demás. Y lo fundamental, entenderá que el tiene una vida, SU vida y que yo tengo la mía y que el tramo relevante de estas se inicia desde el momento en que decidimos empezar a compartirlas, que no nacimos siameses y que es cosa de incluirse y no absorberse.

Así me pongo en descubierto.

Por esas casualidades de la vida, si el personaje que calza con la descripción lee esto... le digo que no tenga prisa que las cosas se dan a su tiempo y que luego se verá.

2 comentarios:

cristian lopez castillo dijo...

saludos, si el principe azul no existe debo confesarte que nunca has sido madre, para mi sorpresa el nacimiento de mi hijo fue increíble, el chico es azul! exclame... investigaciones internas en lo esotérico me han llevado a experimentar increíbles hallazgos. Uno de ellos, es el término al cual te refieres, efectivamente existe para ambos esa luz azul, mas bien dicho la princesa y el príncipe, lógico que no son de este plano, y tienen una relación directa con el amor, que si existe, cuando encuentres lo que esta dentro de ti, posiblemente también, lo encuentres fuera.. saludos

Gerardo S.B. dijo...

Hay un cierto encanto en la suciedad de las circunstancias sin adornos, sin excusas, sin sistemas de creencias que las sustenten. Realidad sucia y transitoria, como Rimbaud hablando de sus ancestros, o Bukowski hablando de amor.

Pienso que el príncipe azul y/o la princesa encantada son una forma de apurar el final de la historia, de apurar un final feliz, recuerdo que un amigo solía decir que los finales felices son propios de las historias incompletas. Puede que sea cierto.

En cualquier caso, buen texto, y bien contado.
Saludos.