"el deseo despierta el ansia de poseer y ésto despierta el instinto asesino"
KIM Ki-Duk

lunes, junio 27, 2011

De la educación

He leído montón de argumentos en contra de la Educación Pública. Este derecho que se ha prostituido en diversas formas y se ha transformado en una bandera de lucha de cientos de compatriotas que son víctimas directas del sistema educacional que nuestro país posee.
Mi punto de vista no difiere en mucho de los que han tomado esta bandera y marchan por las calles de Chile exigiendo lo que debe ser suyo.
Muchos piensan que la idea de tener una educación financiada en forma total por el Estado es un simple sueño idealista de juventud, una quimera imposible de hacer en términos económicos y hasta un aprovechamiento de los flojos que quieren que se les de todo en bandeja.
Pero vamos por partes.

La reforma educacional llevada a cabo en la década de los ochentas, que como cualquier reforma, tenía por objetivo mejorar la calidad del sistema educativo, fue hecha introduciendo herramientas del mercado. Es decir, valernos de la competencia con el fin de poder mejorar. Podríamos decir "el mercado por si solo puede regular la asignación de recursos y la mano invisible se encargará de mejorar todo". Personalmente, nunca he creído en el carácter mágico entregado a esa supuesta mano postulada hace siglos por el Sr. Smith, menos cuando lo que se está viendo como mercancía es un derecho que pertenece a todos los agentes participantes en la economía. Tampoco creo en que la provisión de bienes y servicios de parte de privados sea mejor que la provisión de estos por medio de un organismo público, en este caso el Estado.
Para lograr esta reforma, se llevó a cabo el proceso de Municipalización (el que dejaba como encargados de proveer educación a los gobiernos locales) y los "vouchers" (subvención que da el Estado). Estos últimos son los que introducen la competencia al sistema.

Bajo este marco competitivo, la educación pasa a ser un bien económico. Lo primero que se enseña en un aula donde se imparte 'Introducción a la Economía' es que un bien económico es un bien escaso. Por lo tanto, es opuesto a un bien libre y para obtenerlo, se debe ir al mercado y pagar un precio determinado por las leyes de oferta y demanda. Este punto no suena tan mal. Sin embargo, es posible agregar que en Chile la educación es un bien privado. Económicamente hablando, estamos afirmando que la educación en nuestro país es un bien excluyente y rival. Es decir, yo pago por mi educación la tengo y te excluyo a ti de poder tenerla, que es lo mismo que sucede con un par de zapatos, un lápiz, etc.

¿Cómo es posible que suceda esto con un derecho? Esto se da por la presencia de oferta privada.

El impacto de esta reforma de financiamiento fue el aumento de la matricula en los establecimientos particulares subvencionados y el de la modificación de la gestión, fue el posicionamiento de los municipios como agentes monopólicos en las comunas donde la presencia de escuelas privadas fuese menor.
Para nadie es un secreto que el monopolio como estructura de mercado no es socialmente deseable. Principalmente, porque al no tener competencia, no tiene incentivos a las mejoras. El es el único oferente del bien o servicio y, en términos de educación, la demanda es a mi juicio más bien inelástica.
Esta combinación de factores, presenta dos escenarios claros: 1.- Dónde los agentes pagan para recibir un servicio y 2.- Una parte de la demanda por educación que no tiene los recursos para pagar y tiene que recibir el ofrecimiento del municipio.

La inserción de competencia en la educación, también nos lleva a pensar qué sucede con el subsidio que entrega el Estado a los sostenedores. Primero, estos agentes no se dedican a ser sostenedores de un colegio por pura filantropía, sino que porque representa un negocio (recordemos que estamos hablando de un mercado, nadie puede decir que efectivamente es por bondad). Por lo que puede existir el incentivo a destinar de forma desigual los recursos entregados por el Gobierno. Cualquier situación en la que un agente tenga el incentivo a cambiar no es, económicamente, un equilibrio estable. Por lo tanto, y como ya se ha visto, pueden existir malos manejos en el uso de los recursos destinados a educación o simplemente, una distribución que puede ir en desmedro de los colegios que pertenezcan al mismo sostenedor y que sean menos exitosos.

Todo en esto sin contar la modificación en el mercado laboral de los profesores, que luego de la reforma dejan de ser empleados públicos y dejan de ser regidos por el estatuto docente y son regidos por las mismas leyes del mercado laboral.

Ahora, esto es más que un tema de asignación de recursos. Es un tema que implica las responsabilidades que tiene el gobierno para con el país.

La decisión de la Educación Pública, no es un tema económico en si. Es un tema Político. La reforma que cambió el sistema de gestión y financiamiento en Chile fue una decisión de la dictadura. Así como también gobiernos radicales lucharon por una educación para todos (esfuezo perdido y poco valorado a través del tiempo).

La educación puede ser un gran mecanismo redistribuidor de ingreso. La distribución de ingreso en Chile es por decirlo menos vergonzosa, eso no es un secreto para nadie. Existen estudios económicos como el de Glomm y Ravikumar (1992) que demuestran que bajo sistema de educación público las brechas del ingreso se reducen rápidamente. Considerando entre sus supuestos que el nivel de capital humano (educación) de los hijos depende del de los padres. Es decir, si mi padre posee mayor conocimiento, esto se ve reflejado en su ingreso, lo que permite un mayor aporte en términos de impuesto destinados a financiar la educación entregada por el Estado. Esto se traduce en mayor calidad de educación estatal y por ende, mayor nivel de capital humano para la generación siguiente.

Creándose así una suerte de circulo virtuoso educacional.

Por lo tanto, no es de flojos ni acomodados que los estudiantes alzan sus voces exigiendo lo que les corresponde. Esto tiene que ver con pedir lo que corresponde, que es simplemente que el Estado cumpla con el deber de asegurar el progreso de la nación sin ir en desmedro de ninguno de los habitantes del país y asegurando algo que hace mucho tiempo ya se tergiversó u olvido... el bien común.

2 comentarios:

Ale dijo...

Comparto todo lo que dices, es mas la educacion no debe ser un bien excluyente ni rival

Alvaro Arriagada Zanetta dijo...

La Educación es educar, nada más, no es un derecho, no es un deber ni una obligación, es el acto de educar si hablamos taxativamente, mas administrativamente el financiamiento de este acto académico és el tema y poco hemos leído sobre eso o del para qué estudiar.
Ciertamente nos olvidamos que educarnos no es recibir dos contenidos durante un año, sino más bien adquirir conocimientos y herramientas para trabajar en sociedad.
Buen artículo, buen blog, saludos cordiales.