Ayer tuve el privilegio de ver por tercera vez a New Order. Con la nostalgia de que es lo que me queda de Joy Division (el 07 de diciembre del 2016 iba a completar el cartón con Hook, pero canceló)
Volviendo al punto, me gusta mucho New Order es todo lo que podía ser Joy Division sin Ian Curtis. Así de simple. New Order se quita la oscuridad y la introspección de Joy división para dar paso a un mundo de colores de neón, extroversión y disfrute. Mundos aparte.
De las 3 veces que los he visto, sólo en la primera ocasión (05-12-2011) había público deseoso de escuchar a Joy Division. Era la primera vez que venían y todos queríamos tenerlo todo y tenerlo ahora. Aún recuerdo a un loco en el Movistar que gritó todo el concierto pidiendo repertorio de Joy Division y diciendo “¡Aguante Ian!”.
Las dos veces que siguieron, se repetía la misma escena siempre: Comenzaban las canciones de Joy Division y la gente se empezaba a ir. En menor cantidad, pero eso es lo que pasa.
Chile es país de New Order. Le gusta llamar la atención, ser atractivo y mostrarse bien. Chile no es de Joy Division porque los jaguares de Latinoamérica nunca están mal. Pero esa es harina de otro costal.
Siendo New Order una banda sólida, consagrada y, a mi parecer, infaltable en los playlist de los amantes de los 80's, la banda se sustenta sola. No necesita recurrir a Ian o Joy para lograr emocionar a sus fanáticos. No necesita tocar Love will tear us apart bailable donde pasa algo así como: “WEONA! ¿PORQUÉ LA HABITACIÓN ESTÁ TAN FRÍA Y NO NOS PESCAMOS? ¡QUÉ LA RAJA!” (aquí probablemente le esté dando todo el color del mundo, pero a mí me molesta la weaita)
NO SE JUSTIFICA.
Tocó 3 canciones de Joy Division (agradezco profundamente haber escuchado Atmosphere) pero te cambio esas 3 canciones por 3 de New Order y te apuesto que el concierto sigue igual de redondo. Por ejemplo, tocas Regret, 60MPH y Round&Round y quedabas como rey poh, Bernardo!
Quizá hablo desde el despecho de la muerte de Ian tan rápidamente o porque el mismo año ingresó Gillian y vamos sacando música nueva y desmarcada de nuevo. Quizá porque para la reunión no llamaron a Hook… ¡Qué sé yo!
¡El punto es que ayer salieron con el “Forever Joy Division” y nopoh, Bernardo! El bajo es la estructura fundamental del Post Punk y ahí te falta Hook.
Y Hook, que tampoco es de mi agrado, es tan New Order y tan Joy Division como Sumner y Morris.
¡Sumner es como el guatón Ravanni! Se quedó con el nombre, no lo llama pa’ juntar Luquitas con el regreso. El negocio, posom!
Hook por su parte es como el Narea de la historia. Ahí anda pelando a Ravanni en toda oportunidad que tiene, ¡los bautiza como New Older y bleh!
Siempre salgo enchuchá de los conciertos de New Order por lo mismo. Al final, Joy Division pasa a ser el recurso de la challa, la sandía calá… ¡el recurso de la miseria poh wn!
Joven talentoso que se mató cuya banda pasó a ser una banda mítica en el post punk (pasándose por el borde a Mark E. Smith ¡AJAJAJAJAJA! ¡Ojo que yo le voy a Joy igual!) ¡No sé, me enoja la weá!
Admito que igual soy cartón. Siempre digo “¡Ya vienen a robar estos wnes!” pero ahí está la wna el día del concierto poh y le gusta escuchar LAS CANCIONES DE NEW ORDER, las baila y se canta una que otra. Pero en la parte del “tributo”, innecesaria.
¡Bernardo y Pedro paren su hueveo y mándense un real “Forever Joy Division” juntándose con Morris y tocando los dos discos. Ese día se las voy a comprar. Antes, nica!
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